FRANCIA .- Millones de aves de corral criadas industrialmente para el consumo de carne, viven un continuado calvario. Su vida se resume a vivir en una especie de hangares o naves que pueden albergar hasta quince mil individuos. Serán engordados hasta que alcancen en algunos ejemplares 35 kilos o sea cuatro veces más que su primo salvaje o el mismo que un niño de 8 años ….Un peso tan importante que no pueden desplazarse ni reproducirse naturalmente, por lo que varias veces al mes, los machos son sometidos a un tratamiento de extracción de semen. Las inseminaciones de las hembras son efectuadas a un ritmo de 30 segundos por cada una de ellas. Se trata de una práctica habitual en las granjas intensivas de pavos.
El hacinamiento provoca una fuerte agresividad, por lo que en su más tierna edad se les amputa una parte del pico con un accesorio metálico al rojo vivo, para impedir que se hieran entre ellos. El dolor puede ser infernal . (PMAF : Protección Mundial de los Animales de Granja 12-20119
En el ejercicio de nuestras funciones como entidad dedicada a defender y ayudar a los animales de cualquier especie, nos vemos en la obligación de dar a conocer al público en general y a los consumidores de carne, en particular, lo que para los animales destinados al consumo significan las granjas de explotación intensiva en todos aquellos países donde estas industrias se han implantado y prosperan. Para un ser pensante como es el hombre, lo que ocurre en ellas debería ser motivo de profunda reflexión y como agente ético activo que es, razón suficiente para tomar resoluciones y tener criterios formados al respecto, dejando al margen la cuestión de la salud que es otro factor importante a tener en cuenta buscando los alimentos más saludables y que más garantías ofrezcan. Los consumidores deciden, sus defensores informan, dentro de la objetividad deseable aunque en la mayoría de los casos resulte realmente muy difícil …