Galicia ha ardido. El fuego ha devorado MILES DE HECTÁREAS de terrenos y propiedades, presuntamente por obra del hombre, ayudada por la climatología.
¿Consecuencias? personas fallecidas, fincas arrasadas, granjas y repercusiones económicas importantes. Entre esas irremediables pérdidas se cuentan la de MILLARES DE ANIMALES domésticos y salvajes. Criaturas, científicamente probado, con capacidad de sufrir, experimentar dolor y sentir angustia o miedo. Al hilo de la cuestión llama la atención la nula importancia otorgada a esta noticia, tratándose de tan ingente cantidad de vidas aniquiladas.
Parece pues de justicia ante tamaño olvido, reivindicar su legítimo derecho a no ser ignorados, como compañeros de viaje y habitantes del planeta merecedores, como tales, de consideración y respeto, lo que supondría quizás abandonar ideas preconcebidas y prejuicios y al respecto leí en cierta ocasión “El que cambia puede equivocarse pero el que no cambia nunca, esta permanentemente equivocado.” Ahí queda eso.
Emilia Pastor
Presidenta ARCADYS
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